<p>Resulta que el <strong>Real Madrid</strong> y el <strong>Barcelona </strong>se miden esta tarde en el que puede ser el clásico más igualado de los últimos años en cuanto a datos y sensaciones. Los eternos rivales del fútbol español se han enfrentado en <strong>261 partidos oficiales</strong>, con <strong>105 victorias para los blancos y 104 para los azulgrana</strong>. Igualdad extrema, con un empate en 52 ocasiones. Si el cuadro de <strong>Hansi Flick </strong>logra sacar los tres puntos de la Castellana, igualará en triunfos a su rival en los choques históricos entre ambos. Como si hiciera falta más tensión a un partido que, como todos los clásicos, decidirá media Liga y llega agitado por las declaraciones de <strong>Lamine Yamal</strong> sobre el Madrid, comparando a un equipo de la Kings League con el club blanco: «<strong>Sí (son como el Madrid). Roban y se quejan</strong>», dijo esta semana el joven delantero culé, encendiendo, en este fútbol viral y global que vivimos hoy en día, a gran parte del vestuario madridista, muy pendiente, como todos los jóvenes, de las redes sociales.</p>
El Barça llega al Bernabéu tras haber ganado los últimos cuatro clásicos. El Madrid, líder, busca ampliar distancias. «Es el momento», dice Alonso.
Resulta que el Real Madrid y el Barcelona se miden esta tarde en el que puede ser el clásico más igualado de los últimos años en cuanto a datos y sensaciones. Los eternos rivales del fútbol español se han enfrentado en 261 partidos oficiales, con 105 victorias para los blancos y 104 para los azulgrana. Igualdad extrema, con un empate en 52 ocasiones. Si el cuadro de Hansi Flick logra sacar los tres puntos de la Castellana, igualará en triunfos a su rival en los choques históricos entre ambos. Como si hiciera falta más tensión a un partido que, como todos los clásicos, decidirá media Liga y llega agitado por las declaraciones de Lamine Yamal sobre el Madrid, comparando a un equipo de la Kings League con el club blanco: «Sí (son como el Madrid). Roban y se quejan», dijo esta semana el joven delantero culé, encendiendo, en este fútbol viral y global que vivimos hoy en día, a gran parte del vestuario madridista, muy pendiente, como todos los jóvenes, de las redes sociales.
Las palabras de Yamal aterrizaron durante el viernes y el sábado en la ciudad deportiva de Valdebebas. Fueron comentadas dentro del vestuario, alentando la adrenalina de un equipo que busca redimirse de los cinco goles encajados en el Metropolitano, pero fuera de él reinó la calma, con Xabi Alonso echando balones fuera al ser preguntado por la estrella del Barça.
«No voy a entrar. Hay muchas declaraciones por parte de la gente del Barcelona y no puedo analizar todas», dijo el tolosarra en varias ocasiones. Unos minutos más tarde, Laporta añadió más picante a la previa: «Se ha creado un ambiente en torno al colectivo arbitral por parte de nuestro rival que está fuera de sitio. Con lo que hace su televisión se condiciona a los árbitros, es una estrategia para ganar que no debería ser. No pueden decir que los árbitros les perjudican ni que favorecen al Barça. No practicamos el victimismo, intentaremos ir a ganar al Bernabéu una vez más», dijo.
Sobre la mesa, la última temporada de clásicos, vestida de azul y grana después de los triunfos del Barça en la Supercopa, en la Copa y en los dos duelos ligueros. Cuatro derrotas y 16 goles encajados que provocaron una crisis en el conjunto blanco y el adiós definitivo de Ancelotti. 0-4 en el Bernabéu y 4-3 en Montjuic en la Liga, 5-2 en Arabia y 3-2 en la final de Copa. Demasiado sufrimiento para la galaxia blanca, necesitada de una alegría tras tantas penas.
«Podemos estar en situaciones parecidas a los clásicos del año pasado, pero estamos en momentos diferentes. Nuestro proyecto está empezando, lo hemos analizado todo y queremos potenciar nuestras fortalezas», destacó Alonso, insistiendo en la importancia del mensaje: su proyecto en Madrid está empezando y «no me fijo tanto en los resultados». Para él, dice, son más importantes las sensaciones, pero una derrota contra el Barça, la quinta consecutiva, llenaría Concha Espina de dudas y pondría la clasificación al rojo vivo. El Madrid es líder con 24 puntos, dos más que el Barça (22), que con una victoria en el Bernabéu superaría a su máximo rival y daría un puñetazo al campeonato.
Los blancos recuperan a Trent, Carvajal y Huijsen, fortaleciendo una defensa que fue uno de los grandes quebraderos de cabeza de Ancelotti durante los clásicos de la pasada campaña. En el 4-3 de Montjuic, duelo clave por el último título liguero, el italiano tuvo que saltar al césped con Lucas, Asencio, Tchouaméni y Fran en la defensa. El equipo se puso 0-2 en el inicio con tantos de Mbappé, pero tocó fondo cuando el Barça remontó antes del descanso.
Esta tarde la defensa del Madrid será radicalmente diferente. A la espera de decidir quién será el lateral derecho de Alonso, debate que está entre Trent, Carvajal y Valverde, los tres que lo acompañarán serán caras nuevas: Militao, Huijsen y Carreras. Tres de las razones para contener el caudal ofensivo del Barça, lastrado por las bajas de Raphinha, Lewandowski y Olmo en ataque pero con Fermín en estado de gracia tras sus tres goles al Olympiacos y con Lamine Yamal confiado de mostrar su mejor nivel.
La debilidad defensiva de los azulgrana es la gran preocupación de Flick, que verá el partido desde la grada por su expulsión en el último duelo ante el Girona. Los azulgrana llevan seis encuentros sin dejar la portería a cero, mientras que Courtois y el Madrid suman dos partidos seguidos sin recibir un gol.
La táctica será clave. Flick apostará por tener el balón y por la superioridad de Pedri y De Jong sobre el centro del campo madridista y volverá a insistir en arriesgar con una línea defensiva adelantada. Ahí deberá manejarse Alonso, con la lección aprendida del curso pasado, cuando Vinicius y Mbappé se quedaron en varias ocasiones delante del portero pero fallaron. El clásico estará en unos milímetros.
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