«Llamadme Ishmael». Se abre el bucle. Pocas veces una frase inicial se ha hecho tan universal como esta que marca el comienzo de ‘Moby Dick’, el excepcional libro de Herman Melville. Mucho más que una novela de aventuras, una reflexión filosófica sobre la condición humana, el significado de la vida, la lucha contra la fatalidad y, quizás sobre todo, la eterna pugna entre el bien y el mal.Basada en este mito universal surge ahora ‘Moby Dick. La Ballena. La historia de un mito desde la Antigüedad hasta el arte contemporáneo’, una completísima y ambiciosa exposición organizada por TBA-21 y Palazzo Ducale de Génova y que ocupa este monumental espacio de la ciudad italiana. Noticias relacionadas estandar Si CRÍTICA DE: »Anatomía del espacio’, en el Museo Guggenheim: Maria Helena Vieira da Silva, acotar el universo Noemí Méndez estandar Si CRÍTICA DE: ‘Miró y los Estados Unidos’: América ‘makes Joan great again’ Javier Díaz-GuardiolaLa muestra toma como punto de partida la novela de Melville y construye una auténtica experiencia visual, sensorial y conceptual que busca sumergir al espectador en la rica atmósfera del libro, combinando enfoques artísticos, literarios, históricos, culturales, científicos, ecológicos e incluso marítimos, siempre en relación a la simbología y a la pervivencia de la gran ballena blanca. Rabiosa actualidadLa propuesta expositiva no solo plantea el diálogo del mito de Moby Dick con diferentes manifestaciones artísticas, sino que abre la oportunidad de reflexionar e incidir sobre una serie de temas rabiosa y preocupantemente actuales y que tienen que ver con la necesidad de atender y enseñar cuestiones vinculadas al creciente impacto tóxico y depredador del ser humano con la Naturaleza en general y con la sostenibilidad y viabilidad de nuestros mares y océanos en particular. Los descubrimientos científicos, la historia de los mares, el consumo, la representación de lo marino, junto a esta nociva y devastadora relación con el medio ambiente quedan implícita y explícitamente muy bien reflejados en la muestra. Criaturas asombrosas. En las imágenes, algunas de las obras incluidas en la exposición, como las esculturas de Teresa Solar Abboud y Jumanna Manna ABCEn este sentido, no es en absoluto secundario el hecho de que se trate de un proyecto impulsado en gran medida por TBA-21 Thyssen-Bornemisza Art Contemporary, fundación creada por Francesca Thyssen-Bornemisza, que trabaja a partir de la Colección TBA-21 en un notable número de acciones y actividades centradas en el convencimiento de que el arte y la cultura son portadores de transformación social y medioambiental, con especial atención a aspectos vinculados a una relación más profunda y comprensiva del océano y de otros ecosistemas acuáticos. Por ello, pocos espacios expositivos podrían ser más pertinentes y adecuados para albergar esta propuesta que el Palazzo Ducale, emblema cultural de una ciudad milenariamente imbricada con el mar, subrayando así el espíritu de aventura y exploración que siempre la ha caracterizado.El proyecto se articula a través de tres secciones que ofrecen un sugerente y polisémico itinerario: ‘El archivo: Recuerdos de la Ballena’, un espacio de memoria concebido como el interior de una nave; ‘Inmersión: Luz y oscuridad, blanco y negro’, una narrativa visual y sonora de claroscuros; y finalmente ‘Más allá de la mirada. Las instalaciones y el ojo de buey’, dedicado a las diversas instalaciones expuestas. Secciones que recogen un gran número de obras de arte contemporáneo, procedentes en su mayoría de la Colección TBA-21 y de artistas colaboradores de la Fundación, entre otros, John Akomfrah (pronto en Madrid), Wu Tsang , Joan Jonas, Teresa Solar, Janaina Tschäpe, Tacitta Dean, Carsten Höller, Jumana Manna o Thomas Ruff , complementadas con trabajos de otros artistas como Guy Ben-Ner, Mark Dion, Roni Horn, A Constructed Word, Roberto Cuoghi, Adriana Varejão, Marzia Migliora o Ayman Zedani. Junto a ello, conviven en una peculiar pero efectiva armonía diversas piezas históricas y arqueológicas, así como una amplia variedad de documentos, publicaciones, instrumentos vinculados al mar y objetos de diseño, creando una atractiva cartografía simbólica que vincula mitos del pretérito con los retos ecológicos de hoy en día. arte_abc_0724Resulta difícil destacar determinadas obras ante un conjunto tan plural y de tan alta calidad, pero no quiero dejar de mencionar la espectacular instalación en la Cappella del Doge, en la que un cráneo de ballena dialoga inquietantemente con un retablo barroco y unos frescos; los trabajos de Emilio Isgró, Marzia Migliora, Pino Pascali, Clara Hastrup, Wu Tsang, o la espléndida e hipnótica videoinstalación de Akomfrah, entre otros ejemplos de muy amplio aliento y contenido. Todos ellos recogidos y documentados en un excelente catálogo a la altura del proyecto.’Moby Dick. La Ballena. La historia de un mito desde la Antigüedad hasta el arte contemporáneo’ Colectiva. Palazzo Ducale. Génova. Piazza Matteotti, 9.Comisarias: Ilaria Bonacossa y Marina Avia. Hasta el 15 de febrero de 2026. Cinco estrellas.Se trata en suma de un proyecto expositivo de gran calidad que, a través del mito de Moby Dick y el universo alegórico de Melville, intenta sumergir –término nunca mejor empleado que aquí– al visitante en la atmósfera de la novela y sus complejas simbologías, combinando arte, literatura, diseño, e historia marítima. Un proyecto que «no sólo yo he escapado para contártelo», parafraseando la inquietante frase final de la novela… Se cierra el bucle. «Llamadme Ishmael». Se abre el bucle. Pocas veces una frase inicial se ha hecho tan universal como esta que marca el comienzo de ‘Moby Dick’, el excepcional libro de Herman Melville. Mucho más que una novela de aventuras, una reflexión filosófica sobre la condición humana, el significado de la vida, la lucha contra la fatalidad y, quizás sobre todo, la eterna pugna entre el bien y el mal.Basada en este mito universal surge ahora ‘Moby Dick. La Ballena. La historia de un mito desde la Antigüedad hasta el arte contemporáneo’, una completísima y ambiciosa exposición organizada por TBA-21 y Palazzo Ducale de Génova y que ocupa este monumental espacio de la ciudad italiana. Noticias relacionadas estandar Si CRÍTICA DE: »Anatomía del espacio’, en el Museo Guggenheim: Maria Helena Vieira da Silva, acotar el universo Noemí Méndez estandar Si CRÍTICA DE: ‘Miró y los Estados Unidos’: América ‘makes Joan great again’ Javier Díaz-GuardiolaLa muestra toma como punto de partida la novela de Melville y construye una auténtica experiencia visual, sensorial y conceptual que busca sumergir al espectador en la rica atmósfera del libro, combinando enfoques artísticos, literarios, históricos, culturales, científicos, ecológicos e incluso marítimos, siempre en relación a la simbología y a la pervivencia de la gran ballena blanca. Rabiosa actualidadLa propuesta expositiva no solo plantea el diálogo del mito de Moby Dick con diferentes manifestaciones artísticas, sino que abre la oportunidad de reflexionar e incidir sobre una serie de temas rabiosa y preocupantemente actuales y que tienen que ver con la necesidad de atender y enseñar cuestiones vinculadas al creciente impacto tóxico y depredador del ser humano con la Naturaleza en general y con la sostenibilidad y viabilidad de nuestros mares y océanos en particular. Los descubrimientos científicos, la historia de los mares, el consumo, la representación de lo marino, junto a esta nociva y devastadora relación con el medio ambiente quedan implícita y explícitamente muy bien reflejados en la muestra. Criaturas asombrosas. En las imágenes, algunas de las obras incluidas en la exposición, como las esculturas de Teresa Solar Abboud y Jumanna Manna ABCEn este sentido, no es en absoluto secundario el hecho de que se trate de un proyecto impulsado en gran medida por TBA-21 Thyssen-Bornemisza Art Contemporary, fundación creada por Francesca Thyssen-Bornemisza, que trabaja a partir de la Colección TBA-21 en un notable número de acciones y actividades centradas en el convencimiento de que el arte y la cultura son portadores de transformación social y medioambiental, con especial atención a aspectos vinculados a una relación más profunda y comprensiva del océano y de otros ecosistemas acuáticos. Por ello, pocos espacios expositivos podrían ser más pertinentes y adecuados para albergar esta propuesta que el Palazzo Ducale, emblema cultural de una ciudad milenariamente imbricada con el mar, subrayando así el espíritu de aventura y exploración que siempre la ha caracterizado.El proyecto se articula a través de tres secciones que ofrecen un sugerente y polisémico itinerario: ‘El archivo: Recuerdos de la Ballena’, un espacio de memoria concebido como el interior de una nave; ‘Inmersión: Luz y oscuridad, blanco y negro’, una narrativa visual y sonora de claroscuros; y finalmente ‘Más allá de la mirada. Las instalaciones y el ojo de buey’, dedicado a las diversas instalaciones expuestas. Secciones que recogen un gran número de obras de arte contemporáneo, procedentes en su mayoría de la Colección TBA-21 y de artistas colaboradores de la Fundación, entre otros, John Akomfrah (pronto en Madrid), Wu Tsang , Joan Jonas, Teresa Solar, Janaina Tschäpe, Tacitta Dean, Carsten Höller, Jumana Manna o Thomas Ruff , complementadas con trabajos de otros artistas como Guy Ben-Ner, Mark Dion, Roni Horn, A Constructed Word, Roberto Cuoghi, Adriana Varejão, Marzia Migliora o Ayman Zedani. Junto a ello, conviven en una peculiar pero efectiva armonía diversas piezas históricas y arqueológicas, así como una amplia variedad de documentos, publicaciones, instrumentos vinculados al mar y objetos de diseño, creando una atractiva cartografía simbólica que vincula mitos del pretérito con los retos ecológicos de hoy en día. arte_abc_0724Resulta difícil destacar determinadas obras ante un conjunto tan plural y de tan alta calidad, pero no quiero dejar de mencionar la espectacular instalación en la Cappella del Doge, en la que un cráneo de ballena dialoga inquietantemente con un retablo barroco y unos frescos; los trabajos de Emilio Isgró, Marzia Migliora, Pino Pascali, Clara Hastrup, Wu Tsang, o la espléndida e hipnótica videoinstalación de Akomfrah, entre otros ejemplos de muy amplio aliento y contenido. Todos ellos recogidos y documentados en un excelente catálogo a la altura del proyecto.’Moby Dick. La Ballena. La historia de un mito desde la Antigüedad hasta el arte contemporáneo’ Colectiva. Palazzo Ducale. Génova. Piazza Matteotti, 9.Comisarias: Ilaria Bonacossa y Marina Avia. Hasta el 15 de febrero de 2026. Cinco estrellas.Se trata en suma de un proyecto expositivo de gran calidad que, a través del mito de Moby Dick y el universo alegórico de Melville, intenta sumergir –término nunca mejor empleado que aquí– al visitante en la atmósfera de la novela y sus complejas simbologías, combinando arte, literatura, diseño, e historia marítima. Un proyecto que «no sólo yo he escapado para contártelo», parafraseando la inquietante frase final de la novela… Se cierra el bucle. RSS de noticias de cultura
«Llamadme Ishmael». Se abre el bucle. Pocas veces una frase inicial se ha hecho tan universal como esta que marca el comienzo de ‘Moby Dick’, el excepcional libro de Herman Melville. Mucho más que una novela de aventuras, una reflexión filosófica sobre … la condición humana, el significado de la vida, la lucha contra la fatalidad y, quizás sobre todo, la eterna pugna entre el bien y el mal.
Basada en este mito universal surge ahora ‘Moby Dick. La Ballena. La historia de un mito desde la Antigüedad hasta el arte contemporáneo’, una completísima y ambiciosa exposición organizada por TBA-21 y Palazzo Ducale de Génova y que ocupa este monumental espacio de la ciudad italiana.
La muestra toma como punto de partida la novela de Melville y construye una auténtica experiencia visual, sensorial y conceptual que busca sumergir al espectador en la rica atmósfera del libro, combinando enfoques artísticos, literarios, históricos, culturales, científicos, ecológicos e incluso marítimos, siempre en relación a la simbología y a la pervivencia de la gran ballena blanca.
Rabiosa actualidad
La propuesta expositiva no solo plantea el diálogo del mito de Moby Dick con diferentes manifestaciones artísticas, sino que abre la oportunidad de reflexionar e incidir sobre una serie de temas rabiosa y preocupantemente actuales y que tienen que ver con la necesidad de atender y enseñar cuestiones vinculadas al creciente impacto tóxico y depredador del ser humano con la Naturaleza en general y con la sostenibilidad y viabilidad de nuestros mares y océanos en particular. Los descubrimientos científicos, la historia de los mares, el consumo, la representación de lo marino, junto a esta nociva y devastadora relación con el medio ambiente quedan implícita y explícitamente muy bien reflejados en la muestra.



En las imágenes, algunas de las obras incluidas en la exposición, como las esculturas de Teresa Solar Abboud y Jumanna Manna
ABC
En este sentido, no es en absoluto secundario el hecho de que se trate de un proyecto impulsado en gran medida por TBA-21 Thyssen-Bornemisza Art Contemporary, fundación creada por Francesca Thyssen-Bornemisza, que trabaja a partir de la Colección TBA-21 en un notable número de acciones y actividades centradas en el convencimiento de que el arte y la cultura son portadores de transformación social y medioambiental, con especial atención a aspectos vinculados a una relación más profunda y comprensiva del océano y de otros ecosistemas acuáticos.
Por ello, pocos espacios expositivos podrían ser más pertinentes y adecuados para albergar esta propuesta que el Palazzo Ducale, emblema cultural de una ciudad milenariamente imbricada con el mar, subrayando así el espíritu de aventura y exploración que siempre la ha caracterizado.
El proyecto se articula a través de tres secciones que ofrecen un sugerente y polisémico itinerario: ‘El archivo: Recuerdos de la Ballena’, un espacio de memoria concebido como el interior de una nave; ‘Inmersión: Luz y oscuridad, blanco y negro’, una narrativa visual y sonora de claroscuros; y finalmente ‘Más allá de la mirada. Las instalaciones y el ojo de buey’, dedicado a las diversas instalaciones expuestas. Secciones que recogen un gran número de obras de arte contemporáneo, procedentes en su mayoría de la Colección TBA-21 y de artistas colaboradores de la Fundación, entre otros, John Akomfrah (pronto en Madrid), Wu Tsang, Joan Jonas, Teresa Solar, Janaina Tschäpe, Tacitta Dean, Carsten Höller, Jumana Manna o Thomas Ruff, complementadas con trabajos de otros artistas como Guy Ben-Ner, Mark Dion, Roni Horn, A Constructed Word, Roberto Cuoghi, Adriana Varejão, Marzia Migliora o Ayman Zedani.
Junto a ello, conviven en una peculiar pero efectiva armonía diversas piezas históricas y arqueológicas, así como una amplia variedad de documentos, publicaciones, instrumentos vinculados al mar y objetos de diseño, creando una atractiva cartografía simbólica que vincula mitos del pretérito con los retos ecológicos de hoy en día.
Resulta difícil destacar determinadas obras ante un conjunto tan plural y de tan alta calidad, pero no quiero dejar de mencionar la espectacular instalación en la Cappella del Doge, en la que un cráneo de ballena dialoga inquietantemente con un retablo barroco y unos frescos; los trabajos de Emilio Isgró, Marzia Migliora, Pino Pascali, Clara Hastrup,Wu Tsang, o la espléndida e hipnótica videoinstalación de Akomfrah, entre otros ejemplos de muy amplio aliento y contenido. Todos ellos recogidos y documentados en un excelente catálogo a la altura del proyecto.
‘Moby Dick. La Ballena. La historia de un mito desde la Antigüedad hasta el arte contemporáneo’
Colectiva. Palazzo Ducale. Génova. Piazza Matteotti, 9.Comisarias: Ilaria Bonacossa y Marina Avia. Hasta el 15 de febrero de 2026. Cinco estrellas.
Se trata en suma de un proyecto expositivo de gran calidad que, a través del mito de Moby Dick y el universo alegórico de Melville, intenta sumergir –término nunca mejor empleado que aquí– al visitante en la atmósfera de la novela y sus complejas simbologías, combinando arte, literatura, diseño, e historia marítima. Un proyecto que «no sólo yo he escapado para contártelo», parafraseando la inquietante frase final de la novela… Se cierra el bucle.
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