Rodrigo Paz, nuevo presidente de Bolivia: sobrino político (y de derechas) de Xosé Manuel Beiras

<p><a href=»https://www.elmundo.es/internacional/2025/10/20/68f57ea6e4d4d826388b458e.html» target=»_blank»><strong>Rodrigo Paz Pereira</strong></a> no es solo el último en inscribir su nombre en la lista de presidentes de Bolivia, sino también el más reciente eslabón de una larga cadena de líderes latinoamericanos con raíces gallegas. <strong>Su biografía solo se comprende con un ojo puesto en la Cordillera de los Andes y el otro en las calles de Santiago</strong> de Compostela, una ciudad con la que asegura mantener «una relación especial». Fue allí, entre nieblas y campanadas, donde nació un 22 de septiembre de 1967. <strong>No por turismo ni por cálculo político, sino por necesidad</strong>: su padre huía de una dictadura militar y su madre, compostelana de cuna, no tenía otro lugar donde traerlo al mundo.</p>

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 El presidente de Bolivia, de orígenes gallegos, desvela su «relación especial» con la capital gallega.  

Rodrigo Paz Pereira no es solo el último en inscribir su nombre en la lista de presidentes de Bolivia, sino también el más reciente eslabón de una larga cadena de líderes latinoamericanos con raíces gallegas. Su biografía solo se comprende con un ojo puesto en la Cordillera de los Andes y el otro en las calles de Santiago de Compostela, una ciudad con la que asegura mantener «una relación especial». Fue allí, entre nieblas y campanadas, donde nació un 22 de septiembre de 1967. No por turismo ni por cálculo político, sino por necesidad: su padre huía de una dictadura militar y su madre, compostelana de cuna, no tenía otro lugar donde traerlo al mundo.

«La relación con España está vinculada con mi señora madre, que es de origen gallego, de Santiago de Compostela, y en esa vinculación siempre fue una familia que nos amparó mucho, nos dio mucho respaldo«, explicó Paz en una reciente entrevista con Efe. Pero sus raíces gallegas no se limitan a su madre, ya que el nuevo dirigente boliviano es sobrino político del histórico líder del Bloque Nacionalista Galego (BNG) Xosé Manuel Beiras, y de la reconocida pintora Aurichu Pereira.

A pesar de su origen español, Paz recuerda que no empezó a tomar conciencia de su vinculación con el país «hasta los 8 o 9 años», porque su infancia estuvo marcada por el exilio y su familia se vio obligada a recorrer más de una decena de países sin poder asentarse en un lugar fijo. Aun así, asegura que siempre estará «muy agradecido» con España por la solidaridad mostrada durante los años en que luchaban por la democracia en Bolivia. Entre todos los recuerdos que guarda de la capital gallega, él mismo destaca que se volvió «muy devoto del tata Santiago», como llaman al apóstol en el país andino.

El linaje gallego del futuro presidente tiene su arranque inesperado en Bélgica, a mediados de los años 60. Su padre, Jaime Paz Zamora, político boliviano que acabaría presidiendo también el país, tuvo que exiliarse tras el golpe del general René Barrientos en 1964. Llegó a Lovaina con una beca para estudiar Ciencias Sociales y Políticas en la Universidad Católica, gestionada por el obispo auxiliar de La Paz, y construyó su vida entre libros y debates políticos hasta que un accidente de coche lo dejó ingresado en un hospital de la ciudad.

Fue allí donde, de la manera más inesperada, el dolor se cruzó con la suerte y conoció a Carmen Pereira Carballo, enfermera compostelana que trabajaba junto a su hermana Pilar en aquel hospital. Las dos habían dejado atrás la España franquista y la sombra de su padre, un maestro republicano que había sido represaliado tras la Guerra Civil. Ambos buscaban aire, futuro y la oportunidad de empezar de nuevo.

De aquel encuentro nació una historia que se fue tejiendo entre lecturas socialistas, debates sobre democracia, risas compartidas, y que pronto anunció la llegada de un hijo. En ese momento Carmen decidió que quería dar a luz en su ciudad natal, acompañada por su recién estrenado marido, y volver a la casa de sus padres parecía lo más natural, así que regresaron a Santiago de Compostela, al número 7 de la plaza del Patio de Madres, donde Rodrigo Paz abrió los ojos por primera vez.

Aunque, como era de esperar, Santiago no sería su destino final. Paz y su familia tuvieron que recorrer varios países latinoamericanos en un largo periplo de exilio, cada uno con sus propias tensiones, desde la represión en Chile hasta los conflictos en Cuba o Argentina. El dirigente ha reconocido que la parte gallega de su familia «ha sido muy solidaria con nosotros cuando, en los diferentes exilios, mis abuelos y mis tíos colaboraban para la subsistencia, porque era una época muy dura».

Tras ser elegido presidente de Bolivia el pasado domingo, se espera que Rodrigo Paz asuma oficialmente el cargo el próximo 8 de noviembre. Con la intención de abrir Bolivia al resto del mundo, busca consolidar una relación estratégica con España. Así lo dejó entrever tras recibir la felicitación de Pedro Sánchez, destacando el «nexo histórico especial» entre ambos países y su deseo de que se convierta en un puente de colaboración y desarrollo mutuo.

 LOC

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