<p>Con 24 años, <strong>Cata Coll</strong> (Pòrtol, 2001) tiene el peso y la mentalidad de una veterana. Quizá porque llegó a la élite muy joven y a un equipo plagado de estrellas, donde tuvo baches; quizá porque su carácter es de líder, con un puntito canalla. Sobre sus guantes y su toque con los pies empezará a construirse la España de <strong>Sonia Bermúdez</strong>, con el reto de buscar la final de la <strong>Nations</strong><strong>League </strong>ante Suecia con una convocatoria marcada por el regreso de <strong>Jenni Hermoso</strong> y <strong>Mapi León</strong>.</p>
Titular indiscutible en la portería de España, la mallorquina es uno de los pilares de la nueva etapa de Sonia Bermúdez, que arranca hoy con las semifinales de la Nations League ante Suecia
Con 24 años, Cata Coll (Pòrtol, 2001) tiene el peso y la mentalidad de una veterana. Quizá porque llegó a la élite muy joven y a un equipo plagado de estrellas, donde tuvo baches; quizá porque su carácter es de líder, con un puntito canalla. Sobre sus guantes y su toque con los pies empezará a construirse la España de Sonia Bermúdez, con el reto de buscar la final de la NationsLeague ante Suecia con una convocatoria marcada por el regreso de Jenni Hermoso y Mapi León.
- Pocos días con la nueva seleccionadora pero ¿qué percibís?
- Tenemos muy buen feeling. Al final se nota que ha sido jugadora, que hace poco que se ha retirado y que nos entiende muy bien. Es una etapa nueva en la que empezamos de cero con un objetivo claro: ganar la Nations League. Creo que ella viene en un momento importante de esta selección y confiamos. Lo que nos transmite lo vemos bien y vamos adelante.
- ¿Qué cambio habéis notado más?
- Que venga de ser una gran jugadora se nota. Nos deja libertad para que cada una se gestione como quiera su tiempo libre. Yo creo que también nos hace sentir más libres. Ésa puede ser la mayor diferencia, que nos comprende como jugadoras.
- ¿La recuerdas en el campo?
- Sí, muy buena, muy técnica. Ha estado en clubes como el Barca, el Atlético, Levante, clubes top y hablan muy bien de ella. Si como jugadora era excelente, no dudo que como entrenadora también lo sea.
- ¿Le ha dicho ya que quiere tirar penaltis?
- No, aún no, no hay esa confianza, pero la habrá, la habrá.
- ¿Qué supone para vosotras ver a Jenni de nuevo con España?
- Estamos felices. La vemos contenta de estar aquí, con un poco de jet lag y cansada, pero ha llegado muy bien. Sabemos lo que nos puede aportar, la jugadora que es y estoy contentísima de que esté aquí.
- ¿Y Mapi, a quien tienes más cerca en el Barça?
- Justo antes de la convocatoria le pregunté si iba a venir, y me dijo que estaba disponible, pero que no sabía. Eso ya me puso muy contenta. Como dices, la tengo cerca y la conozco muy bien. Sabemos todo el potencial que tienen Mapi y Jenni y lo vamos a aprovechar.
- ¿Era el momento del cambio de seleccionadora, del regreso de estas jugadoras?
- Puede ser. Creo que hicimos buena Eurocopa, obviamente, pero es verdad que a lo mejor era una manera de cerrar el círculo. A veces hay que cerrar etapas también cuando salen bien. Y no pasa nada, no es nada malo. Es una nueva, con una entrenadora increíble y un staff en el que confiamos mucho. Esperemos que salga bien.
- Más de una compañera ha dicho que tú matarías por ellas. ¿En algún momento de estos dos años has pensado: ‘ojalá hubiera estallado’?
- Bueno, puede ser, pero porque soy de mucho carácter, pero a veces también tienes que guardar un poco las formas. Pero sí, por las mías mato, siempre lo digo, y en el campo más.
- Llevas un tatuaje que dice, en catalán, ‘Feliz cerca del peligro’, ¿por eso pasaste de ser central a portera?
- Realmente no sé por qué cambié. Me gustaba mucho esta posición, el sentir esa presión extrema que tiene siempre el portero, ser diferente.
- También juegan más…
- Bueno, o menos (se ríe). El ser diferente es lo que me gustaba, la presión de ser portera. Al final, en el Barca no me llegan mucho y, cuando lo hacen, hay que intentar pararla. Y jugar bien con los pies, que creo que es lo que mejor domino. Por todo eso creo que dejé de ser central.
- ¿Te imaginas que un día te pasara como a Molina, que acabó jugando de centrocampista con Clemente?
- Ojalá. Hace poco pasó en el Barça B que tenía muchas jugadoras lesionadas y le hicieron una camiseta de jugadora a una portera por si acaso. Y dije, qué envidia, ojalá me pasara. Mi sueño es subir a rematar un córner y meter gol.
- Has ejercido de entrenadora en su campus, ¿tienes ese gusanillo?
- Sí, me gusta mucho. No sé si sabría mucho de fútbol o no, pero sí que es verdad que me gusta mucho hacer el equipo, liderar. Me gusta estar presente, me gusta comprometerme con lo que hago. Fui al campus y me lo pasé en grande.
- Lleva otro tatuaje que dice, también en catalán ‘Me das pereza’. ¿Qué o quién le da pereza?
- Me lo hice con uno de mis mejores amigos. Somos muy así, de ‘quita, que me das pereza’. Es mi personalidad y nos tatuamos, sin más.
- ¿La lesión de cruzado también tiene un tatuaje?
- Llevo 2023 tatuado del revés, de abajo a arriba, porque fue un año que empecé muy mal tras la lesión y acabamos ganando el Mundial. Es una enseñanza de que, por abajo que estés, luego puedes acabar muy arriba.
- Supongo que de lo positivo también hay marcas en tu piel.
- Sí, tengo la primera Champions, que creo que fue muy importante. También tengo un tatuaje del Mundial.
- Ahora no hay nadie sin tatuaje…
- El primero fue a los 16 años, con el permiso de mi madre, obviamente. Y ya cuando tenía 18, empecé. Me gusta cómo quedan tanto visualmente, porque estilizan, y también, sobre todo, me marco recuerdos. No me arrepiento de ninguno.
- Ese carácter enérgico, ¿es una coraza?
- Obviamente. Me considero una tía de carácter, pero intento no enseñar nunca lo que siento de verdad. Si estoy nerviosa, no me lo vas a notar. . Triste, tampoco. Intento siempre ser plana. Eso sí, haciendo bromas. Al final, si no tienes un buen día y te exiges sonreír, ya no es tan malo.
- ¿Y el puntito canalla, también es para protegerse? (Se ríe)
- No, eso viene de serie.
- ¿Qué te enseñó salir de casa con 17 años?
- Que mi madre no estaba, que no había nadie que resolviera los problemas. Me ayudó a ser como soy. Intenté madurar muy rápido. Mallorca es una isla pequeña, donde casi todo el mundo se conoce, y yo firmé por el Barça y me fui cedida a Sevilla, una ciudad grande y totalmente diferente. Eso también me hizo crecer como persona y como jugadora.
- Hay debutantes en esta convocatoria, no sé si se hacen novatadas…
- Sí, a Clara Serrajordi. Aún no se la hemos hecho, pero ya le he dicho que será peor que la del Barça.
- ¿Se puede contar?
- Claro. Tenían que hacer juegos graciosos y cosas así. Pero ya le he dicho que aquí lo pasará peor.
- ¿Y a Jenni y Mapi?
- Ya veremos, igual tienen que hacer algo. Estaría bien.
Deportes
